Ya casi termina el verano y todos comienzan a pensar en el “back to school”. En un abrir y cerrar de ojos dejamos atrás los campamentos, los días de playa y los pensamientos giran en torno a los materiales escolares, la venta sin IVU, los uniformes, el comenzar a madrugar a los nenes otra vez, los tapones, y sí, nos guste o no, las asignaciones que se avecinan.
Todos tenemos la esperanza de que el nuevo año académico sea exitoso (hasta el “teen” que nunca lo admitiría). Los diferentes estilos de aprendizaje juegan un papel importante en ese éxito, pero quizás no de la manera que tradicionalmente lo pensamos.
Interesantemente, algunas de las creencias populares sobre el aprendizaje están un poco desacertadas. Muchas veces te habrás preguntado qué tipo de “aprendiz” eres…auditivo, visual o sensorial/físico. Es cierto que los estudiantes muchas veces tienen mayor fortaleza en un área versus otra. Sin embargo, a pesar de muchos intentos de parear métodos de enseñanza con estilos de aprendizaje, no todos han sido exitosos. Desde un punto de vista práctico, probablemente no sea posible crear una tarea escolar puramente auditiva, visual, o sensorial. Además, el enseñar solamente usando las fortalezas del estudiante pudiera ponerlos en desventaja en el mundo real, al permitir que las debilidades (o áreas menos fuertes) permanezcan, o aún peor, se intensifiquen.
Desde un punto de vista biológico, el cerebro no funciona así. Nuestros sistemas auditivos, visuales y sensoriales no operan en aislamiento. Al contrario, nuestro cerebro está constantemente integrando información de múltiples fuentes. De hecho, la mayoría de los estudiantes aprenden más efectivamente con enseñanza multi-modal, donde se utiliza más de un método para poder procesar, entender y recordar nueva información.
Ayuda a tu hijo a reconocer sus fortalezas, para que le sirvan para vencer (o minimizar) sus debilidades. Si le gustan más las palabras que las matemáticas, vamos a ayudarle a aprender a verbalizar—o hablar para resolver los ejercicios matemáticos.
Durante este próximo año académico, vamos a animarlos a usar destrezas de estudio multi-modales. Que al estudiar incorporen varios métodos, desde el tomar notas, repetir en voz alta la información, dibujar diagramas para entender conceptos, incluir la tecnología (computadora para ver videos sobre el tema), hasta el usar rimas y canciones para memorizar información importante.
Las creencias u opiniones que un estudiante tiene sobre sus capacidades o destrezas juegan un papel importante en su auto-confianza académica. Aquellos que adoptan una mentalidad de “crecimiento dinámico” (growth mindset), al entender que sus habilidades son cualidades que pueden desarrollar y fortalecer, tienden a demostrar mayor motivación que aquellos que adoptan una mentalidad de que sus habilidades son lo que son y que no se pueden cambiar (fixed mindset). Mientras es natural que validemos las capacidades innatas de nuestros niños, diciéndole que son “listos e inteligentes”, debemos recordar que el enfocarnos demasiado en esas capacidades innatas promueve el que perdure la mentalidad de que las capacidades son lo que son y no se pueden alterar.
Aquellos niños que creen que son exitosos solamente por su inteligencia innata pueden percibir tareas difíciles como una señal de debilidad, lo cual los lleva a evitar dichas tareas. Es mejor que los ayudemos a enfocarse en la conexión que existe entre esfuerzo y aprendizaje, ya que así aprenderán lo que se necesita para triunfar. Esto les da un sentido de empoderamiento y les permite enfrentar tareas difíciles como oportunidades de aprender algo nuevo.
Felicita a tu hijo por sus esfuerzos, no solamente por sus habilidades. Resalta los momentos en que sus esfuerzos dieron fruto.
Apóyalos a enfrentar los retos. Enséñale que, si una tarea es difícil, no es porque no sean inteligentes, es porque es quizás es un tema nuevo, diferente, algo a lo que hay que dedicarle un poco más de tiempo y esfuerzo.
Sirve de modelo para que amen el aprendizaje. Incorpora el aprender en tareas cotidianas del hogar, como el cocinar, ir al supermercado…hasta en el tapón de camino a la escuela se puede aprender.
Recuerda que las tareas de tus hijos van más allá de la lectura, la matemática y la ciencia. El ayudarles a mejorar su autoestima académica y estimularlos a aceptar los retos del nuevo año escolar será la receta para ir forjando en ellos un amor por el aprendizaje que perdure para siempre.
Autora: Kenira J. Thompson, Ph.D.
Profesora de Neurociencia
Vice Presidenta de Investigación, Ponce Health Sciences University
Presidenta de Ponce Research Institute